Hoy es uno de esos días en que si te paras a pensar un poco te das cuenta de que todo es relativo. Que las desgracias a veces no lo son tanto. Que siempre hay que intentar poner los pensamientos en orden antes de que ellos te desordenen a ti. Que en el fondo, y aunque eso te deje sin excusas o sin motivos para quejarte, tienes suerte. Debería pensarlo al menos una vez cada día.
Tengo mucha suerte de tener mis propios problemas. De tener un vaso de agua para ahogarme de vez en cuando. Suerte de plantearme mi forma de ser cada cierto tiempo. De sentirme un bicho raro que no encaja en ningun sitio, tal vez justo por el propio miedo a no encajar. Suerte de sentir que a veces doy más de lo que recibo de mucha gente y de que eso me haga sentir tan desencantado de vez en cuando. Suerte de pensar que mi vida está llena de problemas que no se acaban de terminar, y de conflictos internos que no resuelvo y que a veces incluso temo plantear (porque hay dudas que es imposible resolver sin hacer ciertas preguntas). Tengo suerte de poder sentirme tan triste como pocos puedan imaginar por cosas que muchos ni se plantean siquiera.
Y hoy me alegro de poder darme cuenta de lo estúpido que soy a veces, cuando creo que nunca tengo suerte, porque la tristeza se empeña en acompañarme más tiempo del que yo la aguanto.
Espero poder continuar en este sitio, volver, y permanecer.
Thursday, March 26, 2009
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment