Wednesday, August 05, 2009

Como arena entre los dedos

Sentado en la playa mirando al mar, meto las manos en la arena y al levantarlas me llevo conmigo un puñado sobre la palma y trato de mantenerlo allí el mayor tiempo posible. Cierro fuerte los dedos para que escape más lentamente, pero la arena sigue cayendo grano a grano sin que apenas pueda evitarlo. En un goteo incesante que sólo acaba al abrir la palma de la mano y verla de nuevo vacía. Justo como cuando llegué, como antes de ver la playa y el mar. Quizá debí dejar la palma de la mano abierta. Pero entonces sé que se la hubiera llevado el viento.
Quizá sólo es que sueño el mar en mitad de los desiertos, o que aún no aprendí a vivir despierto cada día. Que cada vez tengo más la sensación de que nada de lo que haga es suficiente para mantener durante algún tiempo esas cosas o situaciones que me hacen sentir bien. A veces la vida se escapa de mis manos...
Y entonces cae irremediablemente, como arena entre mis dedos.

Wednesday, April 22, 2009

El paisaje de la vida

Hoy es uno de esos días en los que no sé bien por qué, tengo una sensación extraña encima que no me abandona.
Pasas el día entero haciendo como el que intenta concentrarse en algo, mirar unos apuntes, leer algún artículo, sin llegar a conseguirlo del todo, sin prestar atención a lo que haces.
Hay veces que esperas que pase algo. Tal vez espero ver algún correo de alguien a quien hace tiempo que no veo, o recibir una llamada, una visita inesperada... doy vueltas, como si estuviera inquieto por algo aunque no sepa qué, como si supiera que hay algo que tiene que pasar pero no pasa, y aún así, sin suceder nada, creo que me pierdo algo.
Acabo los paseos en la ventana, pensando a través de los cristales en lo apacible que parece el día ahí fuera, sintiéndome espectador accidental del paisaje, y hoy quizás un poco de mi propia vida... A veces todo parece un paisaje inventado, irreal, en el que uno mismo se cree importante y se descubre secundario. Podemos creer que sabemos lo que pasa alrededor y sin embargo lo desconocemos por completo.
No sé si me pierdo algo o es sólo mi imaginación, pero tengo una sensación que me dice que tal vez no sea bueno seguir esperando. No mirar más a través de la ventana y dejar de esperar. Porque hasta en un día de primavera que parece tan apacible, casi de ese otoño ya lejano, viendo los rayos de Sol escapar entre las nubes y alumbrar suavemente el paisaje (que aunque urbano a veces resulta, incluso, hermoso), tras los cristales, uno observa y espera acontecimientos como cualquiera de los árboles espera a que se caiga alguna de sus hojas. A pesar del paisaje soleado y la sensación de que todo es apacible y tranquilo, que todo alrededor es como nos gustaría que fuese, cuando das un paso y dejas de observar, entras en ese paisaje, y descubres que también sopla el viento, y que hay cosas que no se ven desde fuera. Tal vez ya no eres espectador sino parte del propio paisaje que antes creías reconocer. Tal vez ya crees controlar mejor lo que sucede o deja de suceder a tu alrededor, y empiezas a darte cuenta de que quizá esperar no te lleva a ningún sitio.
No obstante, incluso en ese caso, puedes llegar a descubrir que a pesar de los rayos de Sol, hoy aún sigue haciendo frío...

Friday, April 17, 2009

Hace un rato...

Hace un rato escribí un poema que no leerás, y que no quiero poner aquí. Es tuyo mucho más que mío, y por eso seguirá esperando para que lo lean tus ojos y yo pueda verte reaccionar...
Y ahora, te hablo como si me leyeras sabiendo que no es así, porque lo necesito.
Porque por tí aprendí a conocerme mejor, a aceptarme como soy, para luego dejar que me conocieras de verdad.
Porque por tí quise ser mejor persona, para hacerte feliz y serlo yo contigo.
Porque no necesitaba razones para quererte, ni quizá tú necesitabas que te quisiera...

Tuesday, April 14, 2009

"No funciona"

A veces me siento como un ascensor. De repente subo o bajo mi estado de ánimo según ciertas personas que pasan, pulsan un botón, y entonces, supongo que se acciona algún mecanismo dentro de mí.
Un día debería dejarlos encerrados para que aprendan a no jugar con los botones. Pero, entonces igual vuelven y empiezan a estropearlos y hacer grafiti y demás...
Desde hace un par de días tengo colgado el cartel de 'No funciona'. Al menos, esta vez, creo que me he estropeado cerca de la azotea, y espero que el que venga a arreglarme tarde mucho en subir las escaleras.
A ver si nadie quita el cartel en algún tiempo...

Thursday, March 26, 2009

Alegre Tristeza (lo mismo, pero así, pues...)

Hoy es uno de esos días en que si te paras a pensar un poco te das cuenta de que todo es relativo. Que las desgracias a veces no lo son tanto. Que siempre hay que intentar poner los pensamientos en orden antes de que ellos te desordenen a ti. Que en el fondo, y aunque eso te deje sin excusas o sin motivos para quejarte, tienes suerte. Debería pensarlo al menos una vez cada día.
Tengo mucha suerte de tener mis propios problemas. De tener un vaso de agua para ahogarme de vez en cuando. Suerte de plantearme mi forma de ser cada cierto tiempo. De sentirme un bicho raro que no encaja en ningun sitio, tal vez justo por el propio miedo a no encajar. Suerte de sentir que a veces doy más de lo que recibo de mucha gente y de que eso me haga sentir tan desencantado de vez en cuando. Suerte de pensar que mi vida está llena de problemas que no se acaban de terminar, y de conflictos internos que no resuelvo y que a veces incluso temo plantear (porque hay dudas que es imposible resolver sin hacer ciertas preguntas). Tengo suerte de poder sentirme tan triste como pocos puedan imaginar por cosas que muchos ni se plantean siquiera.
Y hoy me alegro de poder darme cuenta de lo estúpido que soy a veces, cuando creo que nunca tengo suerte, porque la tristeza se empeña en acompañarme más tiempo del que yo la aguanto.
Espero poder continuar en este sitio, volver, y permanecer.

Wednesday, July 23, 2008

Neurastenia

A veces simplemente no soy yo. Me siento triste, abatido, cansado de todo y de nada. En esos días, cuando el mundo gira alrededor y me siento incapaz de retomar el curso de mis alas, me gustaría poder soñar, pero la neurastenia ni siquiera me permite dormir bien. Ella es así. De repente, aparece se adueña de mi vida, me aprisiona, me encierra y me desarma. Me debilita tanto que ni siquiera el dolor de saber que me he dado por vencido me ayuda a levantar la cabeza.
Son días en los que camino a gatas, intentando disimular torpemente que ni soy así, ni vivo así, ni siento así. La mayor parte de las personas ni siquiera son conscientes de esta enfermedad que me patea las entrañas, así que debe ser que en realidad lo disimulo bien. Estoy seguro de que no soy el único, de que somos un pequeño grupo de sinvergüenzas y atolondrados que caminamos a tumbos por la vida, limitando nuestra capacidad de sentir por nuestra capacidad de pensar o reflexionar... sea lo que sea, no me gusta.
Hace unos días, ella volvió, se revolvía en mi interior, me atrapaba el estómago, me martilleaba la cabeza, me impedía relajarme y soñar, me irritaba y me impedía ser feliz, ser yo. El insomnio me ha perseguido siguiendo sus órdenes y los sueños han huido espantados por el cansancio y la desilusión. En ese momento, cuando la migraña me cuarteaba las sienes y el silencio sonaba en mis oídos como la gota que cae monótona y resuena en medio de la noche, entonces, me di cuenta de lo que la neurastenia había hecho contigo. La pérdida de memoria es inevitable, es una consecuencia más de su efecto en el estado mental de los que lo sufrimos. A lo mejor habría preferido olvidar la fecha de mi cumpleaños o el color de los ojos de mi madre, pero no, el azar ha decidido que haya conseguido olvidar tus susurros al oído o el roce de tu piel. Sé que estuvieron ahí, pero no los recuerdo, lo he intentado y no aparecen en mi mente... se han esfumado.
Hoy me siento libre. Ella también se ha esfumado. Por fin. Sin más y sin menos,
pero se ha marchado que es lo que importa. Luce el sol, la gente me sonríe por la calle y hoy me han saludado dos personas a las que no conocía de nada (les he devuelto el saludo, claro, una es un poco tonta pero también es una persona educada). Hoy me he permitido soñar despierto, sonreír a los desconocidos, escuchar el silencio, dejar que los rayos de sol acaricien mi rostro, hoy me he permitido ser yo, y disfrutar de lo bien que me sienta.

Friday, July 11, 2008

Esa canción

Escribir, esa terapia absurda. Y otra vez ese agujero en el estómago, ese tragar saliva apretando la mandíbula. Esa pena densa, que es sólo mía, que nadie entiende.
Y mientras la vida me vive deprisa y yo me dejo. Y mientras tú... y mientras todo.
Me avergüenza mi queja, mi pena. Al fin y al cabo vivo como puedo, que es más de lo que pueden hacer muchos.
Y esa puta canción que no dejo que deje de sonar, que llena este cuarto, dejando que desgaste mi techo de tanto buscar respuestas en su monotonía... y no hay. No hay más que ojos y dudas y ganas de llorar y no hacerlo. Y tragarme todos los finales tristes, mantenerlos ahí adentro, sobrevivir con ellos.
Desear desaparecer. Desear meter la vida en el auto y llevármela lejos de aquí, porque soy un cobarde, porque sé que no puedo y que se pudra el que dijo que querer es poder... así, que se pudra en el infierno por mentiroso y por cabrón.
Que yo sigo siendo el de las fotos, el de la sonrisa, pero ya no soy mío... y cada día un poco menos.
Gastarme contra los meses que se amontonan en la maleta, en las letras, en los atardeceres, en todos los rincones.
Seguir sorprendido, extrañado porque aún hay quien me quiere a pesar de saberme tan incierto, tan torpe.
Y otra vez volver a desear ser otro y joderme sabiendo que no tengo remedio, que nadie lo tiene... y buscar y salir y volver a empezar, durmiendo a duras penas, lejos de todo.
Si tan solo fuera capaz de quitar esa canción... esa puta canción.